Habrá de ser que empiezo a conocerte.
¿Qué habrá pasado que nos volvimos a oxidar?Cuando creo identificar a tu verdad entre el montón,la máscara se esfuma y el brote de vida que me diste se abruma a mordiscos,otra vez.
Me quede sentado ahí,mirando que habrá de comentar aquél murmullo silencioso que se pierde en los oídos de hormigón de la vereda de enfrente, que de seguro,sorprendido,se preguntará cuando fue la última vez que a mis ojos no se les veía el fondo y a mis manos se les fruncía el movimiento.
¿Que habrá pasado que nos vimos enroscados con la misma serpiente,otra vez?
Si parece ayer cuando te dije que aquél bosquejo que plasmé en tu vientre solo brillaba cuando nos escuchaba reír,cuando supe entender el idioma en que tus lágrimas me contaban del largo y vertiginoso viaje que dotaba de significado el esplendor de tu personalidad.Pero ya ves,hay rutas que siempre querrán llevarnos al mismo lugar:toda caída suele ser sabiduría,toda soberbia suele ser el fin de algún principio, y todo mi dolor suele llamarse tu partida.
Yo (quizás) sin pensarlo mucho,quiero que me vuelvas a morder la nuca con muecas de devoción,prefiero lo sublime de tu ardor en mi pecho y detengo lo oscuro de nuestra conexión.Pero mi recuerdo,en cambio,oscila cada vez que esa melodía arenosa empaña mis oídos y agita mi voz.Yo quiero rezarte cada vez que me lo pide mi soledad,voy a suplicar una señal cuando mi tranquilidad se enfurezca con mi bronca, y voy a dedicarte los rojizos de mi corazón cada vez que mi cerebro me devuelva tu rostro aturdido.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
yo (quizas) sin pensarlo mucho, quiero que me vuelvas a morder la nuca con muecas de devocion, prefiero lo sublime de tu ardor en mi pecho y detengo lo oscuro de nuestra conexion.
ResponderEliminar