Monsieur Sandoz

Monsieur Sandoz

lunes, 28 de diciembre de 2009

Útero.

No me di tiempo ni lugar,corrí hacía donde pude.

Esquive charcos, derrote leyendas, salte campos,acaece mi sueño.Mis días,perdón,de estornudo a una noche,si es que no anduve cansado en aquel momento.
Te escuchaba en sonetos,turbios pero agradables,que hablaban de que tan fresco es amanecer ahí en tu sombra.Lástima que aún estaba muerto,y no pude reírme de tu gentileza degenerada.
Esos anteojos que tenés puestos no son suficientes para ocultar la sonrisa irónica de tus pupilas(tan simpáticas que pueden devolverme la normalidad que nunca quise)ni la timidez de tu excéntrica locura.pero quizás sea mejor que no te los saques,mirando el lado oscuro de tu sol es posible que desencuentres el motivo por el cuál no dejo de esperarte.

martes, 15 de diciembre de 2009

Bubulina.

Desperté mal tapado y con el pie derecho alacambrado,como ironizando la supersticiosa percepción de que el día no iba a ser otra cosa que una turbia nube de heces.
Aún reflexionaba sobre Dolina y su bar del Infierno,que habían herido mis púpilas y mi admiración(al mismo tiempo) la noche anterior.Mordí unas masas,quemé mi boca con una infusión que ya no recuerdo y me senté a a esperar.
Esperaba volver a sentír algún mordisco rabioso,algún sahumerio maloliente,alguna nube mal secada, algun otro pibe llorando en Si menor.Pero lo único que conseguí fue pensar y saberte viva,y justo en el preciso instante en el que ya empezaba a creerme aquello de que la lluvia con sol era señal de que el diablo finalmente habría encontrado envuelta en lágrimas a Peggy Sue.
Voy siguiendo pistas y dudo que todas las espinas conduzcan a la misma rosa,y atravesando mi tarde de agonía residual y bostezos de aucaudalado cansancio, puedo decir que aún mis rodillas siguen renuciando de vez en vez ,que mi lengua no encuentra cura para la calvicie ,y que aunque lo fatuo de los cadáveres fríos que acampan en vilo los remanes de mi vida padecen de inmortalidad, aún no se han devanado mas que una humilde migaja de mis ganas de seguir riendo.
No me consuela saberte perdida por ahí, en cualquier recóndito lugar de vuestra ciudad(que es una servilleta), en la que bastaría con subirme a las narices de un semáforo, en brutezas desesperadas, para verte fluir por la acera. Pero tengo fobia a las alturas y pánico a encontrarte sin saber que hacer con tanta vos y tanto yo,con tanto hueco hinóspito, repleto de tu falta.Esas veces, esos ratos de labios difuntos y manos convertidas en contrapulsos hirvientes, maldigo mi presencia sin sentido y me descomprimo por poder hacer del tiempo y del espacio una baqueta maniobrable entre los dedos, convertirlo todo en una otredad tergiversada, una bolita de cartón con un sentimiento de papel dentro; un vestigio de todo lo que es mío sin saberlo y rescatarte con cuidado, con paciencia (y estupor) ,cuál un artesano ,de esa armadura de telas ocres y ese llanto azul plagado de impotencia abismal. Arrancarte de ese caos de vidrio incandescente, por una pierna o una mano, darte a fuerza de quererlo intentar aunque tan sólo fuese por esta única vez ,secar con tinta y melodías esos sótanos húmedos ya inhabitables y convertirlos en óleos de vergeles primaverales.Me susurro con pesimismo la casi inexistente posiblidad de superar una idea tan distinta a lo pertinaz que es ser vos, pero acaso tan suficiente para mí.
Volvió a oscurecer y otra vez mis ojos cayeron en el bar del infierno,percantandome de que el invierno se acerca siempre,mis esperanzas,en cambio, sólo se asoman cuando sienten el calor de un nuevo sol.

lunes, 9 de noviembre de 2009

Se me antoja un licuado.

te abrí el corazón y saqué a bailar a tus demonios.

Te he visto caer tantas veces, casi siempre mordiendo la lona con la boca pintada de rojo, y las rodillas cobardes para levantarse una vez más.
Hay tanto rouge en esta alma, tanta máscara usada. Hace tiempo un soplo nos ponía en carrera de nuevo, ahora ya estamos viejos para esos trucos fáciles.
Las cosas cambian, y vos también, ya no crees en palomas y cada vez son menos los hermanos por los que morís, cuanta verdad sin sentido. Cuanto rasgar para encontrar siempre otra piel, la sangre esta cada vez mas abajo y no es tan roja(como solía temer).
Un micro anónimo siempre era la primera opción, volar lejos, dejando el tendal de muertitos llorando en el andén, en esa época las cosas eran así de simples:el ritual de la tele encendida,nos atábamos los cordones y la luna que se iba sola.
En estas piernas ahora callás los ruidos de antes, te remachas a la espalda de tu mejor locura, rogándole a un viejo Dios que no corra nunca.
Te encontró perdida, y los dos sabemos que los tontos nunca perdemos la suerte:Salud para tus fichas y tu sonrisa reciclable,mi cielo termina acá.

martes, 3 de noviembre de 2009

Eso que quedó.

Este mundo es Ágil y nos devuelve la prisa olvidada.

Ofrezco que Vayamos,por esta vez, a ahorrarnos los preámbulos estériles.No voy a preguntar por qué viniste y no porque lo sepa, sino porque el saberlo no hara ni más corta ni más leve tu estadía.
No querré saber tampoco a quien culpar de tu visita,Porque mío y solo mío es (siempre lo ha sido) el infausto honor de provocarte.
Mas por el contrario ,puta mía,me ofrezco de voluntario a tu gélida caricia,no habrá estremecimientos ni reproches(esos que han sabido darnos de comer) cuando eches tu brazo pálido a mi cuello y la presión sea tan leve y tan constante como siempre. Suficiente para nublarme el juicio y teñir mis labios del mismo marrón omnubilado que adivino trás el velo en que se esconde tu mirada.Pero no tan fuerte como para darme el alivio de una muerte momentánea,de ese olvido de ente quieto,ciego y sordo,ese perdón que necesito y no merezco.
Otra vez fue en un domingo agonizante que sentí tus pasos blandos acercándose a mi espalda,te vi,sonriendo allá,esperando pacientemente,el momento en que decidas arrojarte sobre mí, en abrazarme con tus garras siempre suaves,en desplegar en todo mi pecho la eternidad de tus caprichos.Supe lo siguiente y no intenté escapar, no por cobardía ni a sabiendas de lo inútil que sería resistirme, sino más bien por cierta dignidad de ser indigno,que percibe en la inminencia del castigo un óculo repugnante de justicia y aunque no termina de entenderlo no se opone, más bien cede a un impulso involuntario,de apretar con el mentón el nudo ciego que el verdugo inexperto le echa al cuello.
Las vivencias que traigo a cuestas(pobres,pero eficaces) me indican que vas a estar acá por algún tiempo,o más bien me llevarás un tiempo a mí, al lugar donde te sientas más a gusto, al lugar en que las cosas tienen,además del suyo propio, el peso de la culpa y la torpeza, el peso de ser horrendas por mi culpa de haber sido tan poco culpable, por haberlas sacado del lugar a las ideas y haberlas arrastrado a una realidad tan necia y mía.
No voy,como dije, durante el tiempo en que decidas perseguirme, a renegar de vos ni de tus vicios, voy a dejar que todo sea como debe: sucio,ocre, denso y frío,sin la mínima queja ni pedido de clemencia. Te merezco y,de cuando en cuando,te mereces ser mi sombra.Se que al otro lado del espejo, en el sitio en que tus ojos son tan ciegos como acá, el cuadro va ser el mismo y a tu espalda voy a estar yo,mereciéndome con rabia ser el dueño de las manos,de las piedras apiladas en tu pecho y de la sombra que te sigue a cuatro palmos de distancia,sin tocarte pero haciéndose arrastrar.